En estos días, no voy a ocultar que esta situación global que ha generado la guerra con el COVID-19, me he visto absolutamente superado. He estado, más o menos, 5 días en un estado de chok, que me generaba una especie de apatía que solo me permitía el papel de espectador de un nuevo orden mundial con tantas incertidumbres que me superaban.
He decidido no pensar en exceso y esperar, ya que hay dos variables fundamentales en esta crisis y su efecto en la economía, para sacar conclusiones:
- La primera es la duración de la emergencia sanitaria, que en la medida que se alargue resultará más negativa para la situación económica post coronavirus.
- La segunda es el análisis del impacto que tendrán los planes de choque que los diferentes Estados del mundo van a ir progresivamente aplicando, para paliar los efectos económicos de esta crisis sanitaria sin precedentes en el mundo moderno desde la segunda Guerra Mundial.
Para la primera variable, no tengo absolutamente ni idea de cuál va a ser la duración de la crisis sanitaria y lo único que puedo es desear que sea lo más breve posible, pero en torno a la segunda me ha llamado la atención el plan de choque que ha aprobado Donald Trump para EEUU, un auténtico plan de guerra con 2 billones de dólares:
- 250.000 millones para que Hacienda envíe cheques directamente a las familias.
- 350.000 millones para Préstamos para las Pymes, que no devolverán nunca si no destruyen empleo.
- 500.000 millones para empresas en dificultades.
- 130.000 millones para hospitales.
- 50.000 millones para rescatar las aerolíneas…
Para este plan de acción, que supongo que incluso se verá en el futuro incrementado en recursos, en la medida en que varíe la duración y la gravedad de la crisis, hace falta algo muy importante. La materia prima de cualquier plan de choque es el dinero. Si no hay dinero es imposible aprobar y poner en marcha un plan de choque de importancia.
¿Qué ocurre en España?
En España, en los primeros días de la crisis se aprobó un plan de choque con muy buenas intenciones (200.000 millones de euros), pero sin solvencia real (como siempre mediante avales, aplazamientos, pero no condonaciones…), ya que carece de materia prima, es decir, dinero.
Llevamos mucho tiempo en España gastando en asuntos nada importantes, superfluos y librando batallas que no sirven absolutamente para nada, así que señores políticos, ya tienen ustedes problemas auténticos y reales para lidiar.
Para finalizar con esta reflexión, solamente les voy a hacer unas preguntas:
- ¿Cuántos respiradores se podrían comprar con lo que nos hemos gastado en el proceso independentista Catalán?
- ¿Entre 900.000 y 3.000.000, dependiendo de los costes de producción?
- ¿ Cuántas vidas se podrían salvar con este dinero gastado para no llegar a ningún sitio?
A ver si en el futuro somos capaces de aprender una lección muy sencilla, está en la Biblia, Génesis 41. ¿Os suena lo de las vacas gordas y las vacas flacas, no?….
Cuando estamos más o menos bien y no pasa nada grave, debemos guardar para afrontar los malos tiempos, que siempre, siempre llegarán…