Competencia Fiscal. Reclamos en otros países. - BASILIO RAMÍREZ

Competencia Fiscal: Mientras en España nos peleamos entre nosotros, otros países ponen reclamos.

Lo que es indudable es que la crisis del COVID afecta y afectará al comportamiento de los empresarios y trabajadores, que ahora han comprobado que en muchos sectores es posible teletrabajar desde cualquier lugar del mundo.

En estos días estoy observando cambios demográficos en la zona de la Costa del Sol, donde todo este invierno, no solamente había turistas, sino muchos extranjeros que han cambiado su domicilio y teletrabajan desde España, a pesar de que hasta la fecha trabajaban físicamente en Gran Bretaña, Países Escandinavos, Alemania, etc.

No cabe duda, de que esta crisis va a afectar notablemente a las reglas de establecimiento del domicilio fiscal y por tanto a la competencia fiscal entre territorios.

Y mientras en España se discute y discute en torno a las diferencias territoriales entre Comunidades Autónomas, haciendo unos territorios más atractivos que otros, es decir, mientras discutimos entre Españoles, hay otros países que han entendido muy bien el concepto de competencia fiscal y atracción de contribuyentes y están implementando medidas hace años.

Observemos el caso de nuestro vecino Portugal.

Nuestro vecinos llevan muchos años por delante en el establecimiento de medidas agresivas de competencia fiscal y atracción del capital, empleando para ello, principalmente medidas de índole fiscal que resulten atractivas para los contribuyentes (cuanto más ricos mejor).

Mientras en España nos miramos el ombligo y nos dedicamos a insultar a los que hacen mejor uso de las medidas de competencia fiscal, muchos ciudadanos se van a otros territorios más ventajosos.

Ya sabemos que los políticos suelen llegar tarde en cuestiones de planificación financiera y sobre todo tributaria. Creo que es increíble que en los informes de expertos para una modernización del sistema fiscal Español no se haga un especial hincapié en esta nueva realidad.

La novedad no reside en la competencia entre los países, que siempre ha existido y siempre existirá; no, la novedad reside en el cambio en la organización empresarial de las compañías que permiten en muchos sectores el teletrabajo y que seguro lo potenciarán en el futuro y también en los cambios que el COVID ha originado en la filosofía de vida de las personas en todo el mundo. Ahora, las familias valoran más la vida en familia, las casas con jardines, el mejor clima, y lógicamente las cargas fiscales, a la hora de establecer el domicilio.

Numerosos ejemplos en todos los sectores lo indican: Las familias están renovando sus cocinas, quieren tener terraza o jardín en su casa, y los que pueden lo están afrontando ya. De ahí, los Extranjeros que han decidido cambiar de aires y trabajar en invierno desde un clima mejor.
He leído algunos artículos en la prensa en los que se habla de que muchos Gallegos ya están marchando a Portugal a vivir y teletrabajar.

Portugal tiene un gran reclamo que se denomina Residencia No Habitual (NHR) que desde del 2009 permite tributar únicamente por las rentas de fuente portuguesa o disminuir la tasa aplicable a los ingresos obtenidos en el extranjero; especialmente dirigido a pensionistas, inversores con elevados rendimientos y profesionales cualificados extranjeros, un régimen así no existe en España.

En España se tributa con el criterio de Renta Mundial, que hace que un contribuyente tribute por cualquier renta con independencia de la fuente o el país en el que se produzca. Así un Español tributará por rentas que obtenga del sueldo de su actividad laboral (aunque sea teletrabajo), por una pensión por jubilación o rendimientos financieros procedentes de Bolsa de cualquier lugar del mundo.

Otra gran diferencia que diferencia a España y Portugal, son los impuestos sobre el Patrimonio y el de Sucesiones y Donaciones; en España se potencian y además se utilizan internamente para hacerse competencia entre Comunidades Autónomas y el Portugal simplemente no existen.

Así las cosas, en un ejemplo práctico, un Sr. Pensionista, teletrabajador o inversor que vive ahora en A Guarda (España) paga alrededor de un 46 % de IRPF sobre todas sus rentas de trabajo y en torno al 23-26% sobre las rentas del capital. Pero además paga por tener el patrimonio por el que antes ha pagado por conseguir y también pagaría por dejárselo a sus herederos. Matizó que precisamente Galicia es de los territorios que tienen bastante bonificada la fiscalidad de estos dos impuestos, eso sí, hasta que haya un cambio de Gobierno que la endurezca inmediatamente, como ha ocurrido en otros territorios (ejemplo La Rioja). Si este Sr. Decide fijar su domicilio y teletrabajar desde Valença do Miño (Portugal), pagaría en la línea de un 20 % sobre los rendimientos y nada por Patrimonio y Sucesiones.

Así las cosas, creo que tendríamos que hacer una reforma fiscal en España que contemple estos aspectos y modernizar el sistema Fiscal para que sea atractivo fiscalmente para los capitales extranjeros, ya que el clima ya lo tenemos, propongo copiar algunas cuestiones a nuestros vecinos.

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